El Salvador ha experimentado una disminución significativa en su riesgo país durante la primera mitad de 2023, marcando un punto de inflexión positivo para la posición internacional de la nación. La mejora sostenida en el riesgo país sirve como señal de un cambio de paradigma y una recuperación gradual de la confianza de los mercados internacionales.
En enero, el pago oportuno de la deuda de 2023 por parte del gobierno salvadoreño no solo silenció las especulaciones sobre un posible incumplimiento, sino que también provocó una mejora en la calificación crediticia del país por parte de dos de las tres agencias calificadoras que evalúan esta variable.
Ahora, con los datos del primer semestre disponibles, se ha revelado que El Salvador ha reportado una disminución del 40% en el indicador del Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI). La lectura actual se ubica en 1.096 puntos, en comparación con la cifra de cierre del país de 1.839 en 2022.
Ante este positivo desarrollo, Exor Latinoamérica, firma financiera consultada por este medio, considera que “las causas sustanciales de esta mejoría se deben principalmente a una serie de acciones que demuestran el compromiso del gobierno con sus acreedores internacionales”.
De acuerdo con Exor Latinoamérica, el anuncio del pago total del bono 2023 y el pago parcial del bono 2025 a través de dos recompras ejecutadas a fines de 2022 tuvo un impacto inmediato en la percepción de riesgo respecto a El Salvador.
La reducción del déficit fiscal y el posterior reconocimiento por parte de instituciones como JP Morgan, junto con las mejoras crediticias de Fitch Ratings y S&P Global en mayo de 2023, también han contribuido a una mejora sustancial del EMBI.
“A junio de 2023, el EMBI se ubicó en torno a los 1.096 puntos, lo que representa una disminución del 40% con respecto al cierre de 2022 de 1.839 puntos. Durante el primer semestre de 2023, este indicador se ha mantenido estable, con una mejora del 45% respecto al mismo período de 2022”, enfatizó la firma.
Al respecto, Exor considera que la importante reducción del EMBI, en la que El Salvador tiene un rol protagónico, significa “una señal de un cambio de paradigma y una recuperación paulatina de la confianza del mercado”.
Los desarrollos positivos en el riesgo país de El Salvador y el reconocimiento de las instituciones financieras internacionales demuestran el compromiso del gobierno con sus obligaciones financieras y responsabilidad fiscal. Estas mejoras no solo silencian a los incrédulos, sino que también sientan las bases para un crecimiento económico sostenido y mayores oportunidades de inversión en el país.
